5 años de El Arte de Hacer las Paces: un recorrido
2020: la semilla
En medio de la pandemia, cuando el encierro parecía apagar tantas cosas, nació la primera chispa de El Arte de Hacer las Paces. Comenzó con unas cartas restaurativas diseñadas casi de manera artesanal, que viajaron en sobres sencillos a diferentes rincones de Colombia. Eran una apuesta arriesgada, pero detrás de ellas había un sueño: abrir conversaciones difíciles desde un lenguaje pedagógico, creativo y simbólico.
2021: los primeros brotes
El proyecto empezó a caminar. Llegaron los primeros talleres en escuelas y comunidades, espacios donde las cartas se transformaron en semillas de confianza y escucha. Cada círculo que se realizaba confirmaba que esta iniciativa no era solo un emprendimiento, sino una manera de acompañar a otros a transformar conflictos y reparar vínculos.
2022: las pausas necesarias
No todos los años fueron de tanta visibilidad. Hubo momentos en los que el proyecto se recogió, en los que las exigencias laborales y personales obligaron a pausar. Pero incluso en el silencio, El Arte de Hacer las Paces seguía latiendo. Y esas pausas fueron también un tiempo de aprendizaje, de revisar el camino y de imaginar nuevas posibilidades.
2023: la expansión simbólica
Con más confianza y más aliados, se fortalecieron los talleres, las colaboraciones y los encuentros. La marca empezó a consolidarse en espacios académicos y comunitarios, y surgieron nuevas ideas. Fue un año de abrir puertas y dejar que lo simbólico se convirtiera en puente hacia lo restaurativo.
2024: sembrar comunidad
El proyecto se volvió más visible en congresos, ferias y redes. Cada herramienta se multiplicaba en aulas, en círculos familiares, en instituciones y comunidades. Lo restaurativo dejaba de ser solo teoría para hacerse práctica, juego, historia compartida. Y El Arte de Hacer las Paces se convertía en un punto de encuentro para muchas personas que buscaban caminos distintos para resolver conflictos.
2025: el caleidoscopio
Este año trajo un hito especial: el Caleidoscopio de la Justicia Restaurativa. Más que un producto, fue un manifiesto de lo que la marca significa: mirar la justicia desde diferentes espejos, narrarla de manera creativa, y poner en manos de docentes, operadores y comunidades una herramienta con vida propia.
Cada producto, cada círculo y cada encuentro han confirmado que este proyecto tiene alma, que no se sostiene solo en mí, sino en quienes lo han acogido como parte de su propio camino.
Cumplir 5 años es mirar atrás con gratitud y hacia adelante con esperanza. Este recorrido me recuerda que El Arte de Hacer las Paces no es solo una marca: es una comunidad, un movimiento y un sueño colectivo que seguirá creciendo.
Lo que viene son más herramientas, más historias, más espacios para demostrar que la paz no es un ideal lejano, sino un arte que se aprende, se enseña y se practica todos los días.
Diana Sofia Benavides Lasso. 16 de septiembre de 2025.