Lo que aprendí de mi abuelo
Mi abuelo es la persona con la que más tiempo paso, no porque me toque, si no también porque nos gusta pasar tiempo juntos, yo lo acompaño al trabajo, montamos en metro, en bus, vamos a la casa en el campo de su hermana Lucia y en semana va a mi casa a jugar en mi televisor mientras que yo, tengo que hacer tareas y estudiar para el examen diario; en fin, mucho tiempo paso con mi abuelo y gracias a eso he aprendido algo muy importante de él que quiero compartir.
Hay algo de mi abuelo que me parece brillante, muy brillante. Mi abuelo ¡es bombero y sabe apagar todo tipo de fuego!, así algunos incendios tarden más que otros en apagarse, siempre puede apagarlo.
Y es que, es algo tan obvio, pero uno es tan distraído. Sabemos que el fuego no se apaga con fuego y ahí vamos de tercos a incendiar más todo, cuando el fuego se apaga con un extintor, con agua, un soplido, con arena, dejándolo sin aire, con una sonrisa, una palabra, un silencio, un abrazo o un beso…
Miren que a veces en nuestras salidas, mi abuelo y yo nos llegamos a topar con personas groseras que responden de mala manera y que incluso gritan y manotean, pero mi abuelo nunca responde de mala manera; por el contrario, hace chistes todo el tiempo hasta conseguir contentar a la otra persona y muchas veces lo logra y en otros casos simplemente no dicen nada más, no pueden pelear con alguien tan simpático. Claro que otras veces no lo lograba, más que nada con la familia o los amigos por extraño que parezca, son los más resistentes a su encanto.
Pero bueno, aprender a extinguir un incendio también es nuestra tarea para estar bien y vivir en paz.
Eso aprendí de mi abuelo.
Demencia A-Q.